Hace más o menos 2 meses hice un viaje. El vuelo partía de El paso un sábado a las 7 de la mañana, por lo que me fui con un día de anticipación. Ya en el paso me fue a recoger mi roommate, quien ya llevaba pisteando todo el día. Llegamos al depa. Ahí estaban otro par de amigos y mucha cerveza; empezó una minipeda de esas que son tan comunes allá. Para las 8 de la noche ya estaban todos muy ebrios excepto yo, que debido a que tenía una jaqueca muy fuerte porque no había comido nada en todo el día, apenas me había tomado si mucho una cerveza. Un poco más tarde llegó otro amigo y le dije que fueramos por algo de comer. Fuimos a un restaurant de comida rápida (La verdad no sé cual era porque todos me dan igual. Han de comprarles todos la carne al mismo proveedor de plástico), después, ya sintiéndome un poco mejor nos devolvimos al departamento. Cuando llegué al depa, mi roommate y mis otros amigos andaban todavía más pedos, tanto así que mi roommate me empezó a aventar botes vacíos de cerveza a la jeta ante el asombro de la novia sueca de un amigo que encontró dicha violencia algo alarmante. Justificadamente, agarré mi bote recién abierto de cerveza y lo vacié en la cama de mi amigo mientras me reía y lo maldecía a él. Mi roommate (a quien empezaré a llamar lalo), se avalanzó hacia mi y desde ahí empezamos a forcejear hasta que llegamos a la cocina. Ya ahí, y debido a que él estaba haciendo uso de muy artreras mañanas, tomé un tenedor que estaba a mi alcance y comencé a clavárselo repetidamente en la espalda. Esto no le pareció muy placentero -ni muy gracioso- a lalo, quien en respuesta tomó un cuchillo cebollero y procedió a clavarlo de manera certera y casi refleja en mi pierna. Yo nada más sentí un calambre en toda mi pierna. Momentos después vino la sangre, los reproches, las disculpas y más tarde, como era de esperarse, seguimos tomando. Cabe aclarar que estaba presente una amiga que es enfermera y que ella, ejerciendo su papel con extremo profesionalismo, revisó mi herida y dio su invaluable opinión "no mames cabron, no seas chillón", y pasó a aplicarme un curita. Al día siguiente partí de El paso cojeando y así lo hice por un par de días más. Desde entonces y hasta el momento, no tengo sensibilidad en una parte de la rodilla (lo cual es raro ya que el fierrazo fue en el muslo), y cada vez que me doy palmadas (por muy leves que sean) en la zona donde fui acuchillado, siento un pequeño calambre en la rodilla también, pero enseguida de la zona donde perdí la sensibilidad.