Friday, August 21, 2009

2 de la mañana

Junto con el sueño discreto y el deseo de dormir para siempre (o al menos por mucho tiempo; caer en un coma o provocármelo químicamente) me llega otra vez el miedo más potente. El miedo ese que solo se puede quitar de una manera, muy sencilla pero a la vez muy drástica. Mejor me guardo para una crisis de verdad. Pero por qué las cosas tienen que ser tan rígidas? Por qué la materia tiene que ser tan densa como para no dejarme ver nunca la constitución real de las cosas y del mundo que las contiene? Por qué no me puedo sentir otra cosa que no sea parte de la materia dura; dura y asquerosa como la mierda que produzco y sale de mi.

Tal vez es con lo único con lo que deberíamos identificarnos. Y para nada lo digo de manera autodespreciativa. Qué otra cosa hay a la que estemos tan ligados como a un pedazo de mierda tibia y hedionda que acaba de salir del propio culo? Tal vez si dieramos a luz a un feto muerto todos los días al que pudieramos desechar por el escusado (o por algún otro artefacto que seguramente existiría si esta fuera nuestra naturaleza), podríamos sentirnos apegados a nuestro fecundado desecho, pero no; los hijos nacen y luego crecen, y en el momento en que salen por el agujero de la madre dejan de ser parte de sus procreadores; al desarrollar una personalidad y una actitud se vuelven una unidad independiente, con el mismo potencial que cualquiera de volverse una escoria arrastrándose por el planeta. Se puede decir que cada latido de nuestro corazón nos aleja un poco más de nuestro paternal origen.

Como decía, no se trata de despreciar a nada ni a nadie en particular. Sólo se trata de explorar un poco la frontera de mi incorporeidad; de la esencia blanda que se contrapone de manera cobarde a lo obsesivamente delineado de mi relación con la realidad tangible, dura. Cómo es posible que esta colección de explosiones dentro de mi (que a diferencia de un motor de combustión interna no las causa ningun mecanismo especifico) se traduzcan en órdenes mediante las cuales mis cochinos dedos acaben golpeando estas teclas inmundamente solidas? No es una ironía de lo más asquerosa, o un pecado mejor dicho, que dicha conexión entre mis dos escencias, la física y la no-física no sea nada clara?

Otra vez el miedo a ser. Por qué no pude haber nacido un robot frío y sin sentimientos, personalidad, sensaciones, ni nada de esas pendejadas tan ambiguas, para así (y de ninguna otra manera) estar más en armonia con la materia que muy a huevo me sostiene esta pinche noche?

3 comments:

Sellout! said...

no naciste un robot frio porque el karma te la esta cobrando bien cabron con esta vida, jajaja, y sigues y sigues, y sigueeeees....

eres como la serpiente que se muerde la cola, pero de putrefaccion :)

saludos josie

Anonymous said...

Hermano Pecueco: ¿Hueles a pecueca? Por lo que escribes, es probable que sí. ¿Sabes que es la pecueca? Pues, te digo: el olor a chulo (buitre) muerto en las patas. ¿Ya? ¿Me entendiste? Así espero.

Por lo pronto, resulta imposible saber si algún día vas a leer estas líneas. Porque al paso que lo indican los contenidos de tu blog, si se confirman mis sospechas, ya no habrás tenido mayor camino para andar. Ojalá no sea así.

Es evidente que te mires al espejo y pienses que "esa cosa" que imita tus movimientos sea un esperpento. ¡Y no!

Eres tú mismo, enfrentado al horror que te produce estar vivo y ser como eres. De veras, no hay consejo que valga para que mejores la perspectiva.

Deberías, más bien, tomar unas lecturas espirituales y dejar de consumir vicios. Es probable que ahí esté la razón de tus desvaríos.

La existencia te parece una plasta de caca. No es así. Estás equivocado. Busca al Ser Supremo, y hallarás el verdadero sentido de ver, oír, palpar, oler, saborear...

Debes comenzar por quitar ese inmundo color rosado Soacha que tiene este blog. ¿Cómo se te ocurre semejante estupidez? Y para colmo, las entradas tienen letras rojas. ¡Qué gusto tan balurdo, qué cosa tan hedionda!

No sé cómo no se te ocurrió poner el fondo en negro y las letrss en carmelito. ¡No hay derecho, por favor!

Busca al Ser Supremo. Arrodíllate. Arrepiéntete de tanto pecado. Deja la vagancia. Ocúpate de algo útil. Ayuda a alguien. No pierdas tanto tiempo. Aséate por dentro y por fuera. No seas cochino. Deja la indecencia. Renuncia a los vicios. Bórrate los tatuajes que puedas tener en el cuero. Quítate esa porquería de piercings, si los tienes. ¡Obvio, si los tienes! Porque si no los tienes, ¿cómo vas a hacer? Ojalá entiendas lo que postulo.

Además, vete adonde el peluquero o estilista, para que te retire esa caballera sucia. Aféitate. Cámbiate esos asquerosos calzoncillos aunque sea una vez al mes. ¿No te da cergüenza? Lávate el cuerpo. Tu problema está en alejarte del Creador. Reza. Haz buenas obras.

¡No peques más! Se acerca el fin del mundo. Bueno, el de cada uno viene por aparte. Ponte las pilas. Practica un deporte distinto a fumar porquerías.

¿Ya? Ese color rosado es tu perdición. ¿Eres gay? Esperemos que no. Que eso no sea el motivo de tus devaneos tan tenaces
A la vuelta del tiempo, dentro de muy poco, espero ver cambiado este lugar. Te exijo que retires ese puerco color rosado. No acostumbro a repetir. ¿Entendido?

JOTA BUTRAGUEÑO SOLIS
Calle Castalia 347, Ruibcambani, Entrada 4. Puerta 67. Bloque Nordeste.
Móvil: 890-8948584
Tel. fijo: 345-9000081

abc said...

Aww, gracias por las palabras tan lindas. Y con respecto al color, ya se que esta bien culero, pero me da flojera cambiarselo.

A por cierto, chinga a tu mierda por lo de los piercings y los tatuajes. No tengo ninguno gracias al PUTO de dios.